No soy creyente del Karma, no creo que haya una fuerza mística que haga que cada uno reciba lo que se merece. A todo el mundo le suceden cosas buenas y malas, y dependiendo de la actitud de cada uno para enfrentarlas va a definir el rumbo que le quiera dar a su vida.
Ahora, cuando ya no se tiene más fuerza para enfrentarlas,
Cuando no importa que tan duro hayas luchado para salir adelante,
E inevitablemente ves que vuelves a caer,
Y que ya no puedes levantarte para seguir,
Es cuando recurro al "¿Por qué, Karma? ¿Por qué?"
Es estúpidamente irónico, no creo en ello pero lo nombro todo el tiempo.
Tal vez sea mi cerebro recordándome lo inútil que soy, que hasta necesito de una "fuerza astral" para seguir teniéndolo presente y que NO SE ME OLVIDE.
Detesto ser como soy,
No logro comprender a la gente con autoestima.
Ya cada vez que creo sentirme bien conmigo misma,
Que me puedo mirar al espejo y decir "Bajé un poco de peso",
Abruptamente resuena una vocesita desde mi cabeza contestando "¿Qué crees que estas diciendo? ¡Si hasta incluso estás más gorda!"
Me deprimo, lloro un rato, me lavo la cara y salgo al mundo fuera de mi habitación fingiendo una sonrisa.
La gente me cree, hasta incluso dice que me veo más feliz, cuando en realidad estoy pasando por mis peores momentos.
Trato de no dejar de comer del todo, la parte racional de mi cerebro me dice que si no como, el momento en el que lo haga engordaré el doble.
Y la otra parte me dice que me veo como un ballenato lleno de grasa apenas probando bocado.
Y sin hacerlo también.
Trato de ignorarla lo más que me hes posible, pero muchas veces me veo a mi misma vomitando sin poder contenerme.
No puedo evitar sentir que todo el mundo me odia, y de nuevo esa vocesita: "No eres importante como para que la gente te tome en cuenta"
Tampoco puedo evitar el ir caminando por la calle y compararme con cualquier mujer que veo.
Flacas
Delgadas
Gordas
Obesas.
Y yo soy la peor de todas.
No me gusta decirme anoréxica ni bulímica, ya que ellas son todas hermosamente delgadas, y yo no soy más que un saco desbordante de calorías.
Mi vida es miserable, pero soy consciente que es porque yo misma lo quiero así.
Tengo miedo de un día quebrar, y admitir todo lo que pasa por mi cabeza.
Si lo hago, estoy segura que perdería la vida que armé hasta el momento.
No puedo confiar en nadie, ni siquiera en mí.
En especial en mí, yo soy la que más problemas me causo.
Mi mente es un constante
"Quiero vivir estando flaca"
y
"No soy flaca, entonces ¿Para qué estoy viviendo?"