Superarse a uno mismo puede ser difícil, a
veces demasiado.
Cuesta intentarlo, porque el miedo a caer nos
consume.
Uno trata, y trata tantas veces en vano que se
apodera de nosotros la resignación, el decir "Ya no puedo más, me rindo,
soy patética".
Pero nos olvidamos de algo muy importante,
algo que habría que tener siempre en cuenta para cada situación de la vida: Si
realmente queremos algo, debemos luchar por ello.
A algunas personas la vida les dio
facilidades, y a otras simplemente no. Sin embargo, eso no significa ni mucho
menos que debemos abandonar toda esperanza.
Es injusto,
Es complicado,
Pero no imposible.
La vida siempre nos va a poner obstáculos, y
depende de nosotros, de cada uno de nosotros decidir que hacer frente a ello.
La opción más fácil a primera vista es
esquivarlo y tomar otro camino. Tal vez sea la correcta, pero tal vez no. Tal
vez la vida es puta, y con cada paso que demos nos encontremos con más y más
trabas, hasta finalmente quedar encerrados dentro de nosotros mismos.
Tal vez hay obstáculos que simplemente, por
mucho que tratemos de evitarlos se nos torna imposible, y no nos queda otra
opción que enfrentarlos. No siempre va a ser fácil, puede tomarnos minutos,
días, semanas e incluso años; pero lo importante es no dejar de luchar por
ello.
Si realmente uno se propone a superar algo,
inevitablemente en algún momento podrá hacerlo.
Pero no hay que olvidar, que no importan los
fracasos, sino la perseverancia.
Saber manejar la frustración en estos casos
también es de suma importancia, ya que generalmente vienen de la mano con los
fracasos. Pero hay que dar lo mejor de nosotros en cada juego, aprovechar cada
oportunidad que se nos presente para tornar esa frustración en nuestro mismo
propulsor y llegar a ser algo mejor.
Muy fácil es decirlo, más no tanto hacerlo.
Hay veces que nos sentimos agobiados por esos
obstáculos y no queremos saber más nada de la vida, queremos que todo termine y
no tener que enfrentarnos a nada. Lloramos e imploramos por una respuesta, por
algo que nos diga el motivo por el que pasamos lo que pasamos, sufrimos lo que
sufrimos.
Somos seres débiles, y esa misma debilidad es
la que nos oprime.
No se puede ser fuerte todo el tiempo, sonreír
como si nada pasara y simular que realmente estamos bien.
Pero al fin de cuentas, si no se trata no se
logra.
Desde mi punto de vista personal, no creo en
la reencarnación ni en que tengamos una segunda oportunidad una vez muertos. La
vida es una sola, y si no luchamos por lo que realmente queremos se nos torna
insoportable, insufrible e intolerable.
Las fallas pueden ser muchas, pero después de
tanto fallar es cuando realmente aprendemos a valorar esos momentos de
felicidad. Después de conocer la oscuridad es cuando realmente se logra
apreciar la luz.
No hay que dejar que nuestras debilidades
dominen nuestras vidas, sino aceptarlas y tratar de superarlas. Asumir que hay
cosas que por el momento no podemos hacer, pero que eso no significa que con
fuerza de voluntad no se puedan lograr. Paso a paso vamos construyendo nuestras
vidas, y a medida que se van apareciendo nuevos obstáculos, cada vez se nos
hará más fácil superarlos porque ya vamos a haber aprendido a saltar después de
tantas caídas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario