domingo, 28 de diciembre de 2014

Pesadillas

Como todo en la vida, los sueños dependen de muchas cosas.
Algunos pueden ser eventos ocurridos durante la vida diaria,
Delirios de grandeza,
Sueños a futuro.
Otros pueden ser miedos,
Inseguridades,
Preocupaciones.

No creo que se pueda saber exactamente su significado ni el porqué, pero es posible deducir y acercarse a la verdad.
No hablo del significado de los números, colores, objetos. Sino de lo que en realidad quiere decir el inconciente.
Por supuesto que como la mente es tan perfectamente imperfecta, no te va a dejar las cosas tan fáciles, pero sin embargo algo se puede abstraer de toda esta mierda.

Al principio no comprendía lo que me pasaba, porqué esos miedos repentinos y absorbentes que me dejaban sin capacidad de juicio y me nublaban todo pensamiento racional. Lo único que tenía claro era que en cuanto se iban las luces, ellos aparecían. Esos demonios, esas sombras, monstruos que se acercan a mi y buscan dañarme, se dejaban ver en cuanto cerraba los ojos. Y no importaba lo que hiciera. Infusiones, luces prendidas, terapia, medicaciones.

Pesadillas, pesadillas, pesadillas.
No conseguía nada más que eso.

El tiempo fue pasando, y poco a poco los fui superando. Apagué las luces y la televisión, dejé las pastillas y los tés.
Pero de la nada, un día volvieron a torturarme.

Está bien, lo admito, no fue de la nada.

El sentimiento de estar sola, sentir que no le importa a nadie lo que te suceda ni deje de suceder, era lo que me mantenía en velo por las noches.
Pasé por demasiada mierda en soledad, y no quería tener que enfrentarme a eso de nuevo.
Creí que estaba en camino a superarlo, pero al parecer no era así.

Llevaba una semana entera sin pesadillas ni temores. Era la puta gloria.
Pero llegó un día en donde bromas inocentes se tornaron palabras hirientes dentro de mi cabeza, y los tiernos besos me sabieron a compromiso.
Aun dormida sobre su hombro, aquellas malditas pesadillas regresaron. Asustada, desorientada, las lágrimas corrían por mis mejillas mientras trataba de contener los temblores.
Y agradezco no haberlo hecho bien, porque en cuanto su brazo rodeó mis hombros todo sentimiento de infelicidad desapareció como por arte de magia.
Mis ojos se cerraron, y sintiendo sus labios sobre mi frente recaí en la inconsciencia.
Una inconsciencia plácida, tranquila, feliz.

jueves, 11 de diciembre de 2014

Suerte

"Tal vez tu problema sea, que no te das cuenta de la suerte que tenes"

Suerte?

Qué es eso de suerte?

La suerte, según yo, es poder perpetuar la felicidad.

Pero adivinen que,
Esta misma persona es la que me impide "tener suerte".

Lo admito?
Tengo a ambos padres, "salud", dinero, "amigos", y novio.
Y sin embargo no parece suficiente.
Tengo padres que tratan de cubrir su falta de afecto con objetos materiales.
Tengo que tomar psicofármacos para poder mantenerme cerca de algo estable y dejar de ser un manojo amorfo de nervios.
Tengo montón de gente que dicen ser mis amigos pero que jamás se percataron de los cortes de mis brazos.
Tengo un novio... Que increíblemente todavía me ama.

Soy muy consciente de que eso me lo busqué yo,
Que no es de nadie más que mi culpa pasar por lo que estoy pasando.

Pero no puedo evitarlo.

Si pudiera hacerlo, no estaría en terapia,
No derramaría sangre por cada frustración,
No me golpearía la cabeza hasta sentir que desvanezco,
No me odiaría cada vez que me veo en un espejo,
No me odiaría sin siquiera verme en un espejo,
No tendría ataques de angustia,
No me sentiría tan sola...

Tal vez, mi problema no sea no ser consciente de mi suerte.
Tal vez, mi problema sea ser demasiado consciente de lo que me sucede.