Toda esta tontería empezó por una carta colgada en internet bajo este mismo título. La abrí y comencé a leerla con una sonrisa en los labios esperando sentirme identificada, tal vez, con unas románticas palabras de amor...
Pero cuanto más leía, más absurda me parecía. Mi boca se fue tornando en una mueca mientras mis cejas se curvaban en signo de incertidumbre.
Esa carta no era buena. Tal vez sí, pero yo no la compartía. Me puse a pensar, entonces, en lo que verdaderamente sentía, ya que no eran esas "tiernas" palabras...
Y lo entendí.
Entendí que mi amor no se expresa de una forma tan simple, entendí que no bastan meras ni todas las palabras del mundo para describirlo, porque el amor que yo siento no se basa en eso.
No.
Es mucho más profundo que pensamientos durante el día, ya que no le basta con ellos, sino que ronda en mi cabeza también en la noche para ahuyentar las pesadillas y llevarme a la calma de un dulce sueño.
No se basa en interés ni celos, es el deseo de que sea feliz, y el saber que haría lo que fuera para que siguiera de esa forma, para que nunca, NUNCA, se borre la sonrisa de su cara.
No está dirigido a "la persona que seguiría hasta la muerte", es hacia la persona que me salva de ella y me hace querer seguir viviendo.
No es un amor que pueda explicarse de esta forma, pero sin embargo sentí el deseo de corregir esa publicación para tratar de adaptarla a lo que yo siento.
Tal vez no todos los amores son iguales, tal vez el mío no sea un amor normal, tal vez no sepa compararlo porque nunca sentí nada parecido. Solo sé que amo con locura, porque sí, estoy loca, pero este tipo de locura no me desagrada para nada.
lunes, 2 de febrero de 2015
Te elegí a ti
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